Este fin de semana tocaba tener contacto con la roca, que ya hacía algunas semanas que no había podido salir, y entre el mono y el buen clima que se esperaba, pues ¿Que mejor ocasión?
Me propuse ofrecer al grupo la opción de acercarnos a Buñol, un pueblecito, cerca de Valencia, para escalar en Malacara, un barranco con un montón de vías y que pintaban algunas muy bien.
La aproximación a la zona fue un poco dura, no solo por la vegetación, sino porque habían muchos tramos que todavía contaban con agua estancada en pequeñas pozas, aunque también vimos una cuantas pozas en las que daban ganas de pegarse un chapuzón.
Es que con tremendas pozas, costaba un poco centrarse en el objetivo que teníamos en mente. Tras pasar la zona de aproximación y llegar a las vías, pudimos comprobar que todavía quedaban algunas vias dónde el agua era muy visible, llegando a afectar, incluso, al comienzo de las vias.
Empecé por un 5+, que estaba situado junto a un 6a, el cual, al compartir reunión con el 5+, decimos probar posteriormente a subir en top.
Tras terminar y darme por vencido, hice un pequeño alto, repuse algo de fuerzas e intenté continuar subiendo alguna vía, solo que en este caso, a propuesta de otros compañeros, tratamos de subir, en top, un 6b.
La verdad que la zona me gustó mucho, y me gustaría volver, pues hoy no la pude disfrutar lo que debía, y aunque el balance final, no fue tan negativo como esperaba, si que es cierto que me quedé con un mal sabor de boca, al no haber podido encadenar los 5.
Y dejando un poco de lado, el asunto de la escalda, si que me gustaría resaltar un hecho que hoy nos ha pasado, y que personalmente no me ha gustado... Y es que a la hora de regresar, nos encontramos con una madre y su hija que nos pidieron ayuda para ver si podíamos ayudar a una cabra montesa, que había tenido un accidente, porque según el testimonio de la mujer, unos niños habían estado acorralando o persiguiendo al animal, hasta que finalmente calló entre unas rocas quedando atrapada, o al menos eso nos dijeron, pues el animal no salía de allí. La mujer nos comentó que había estado llamando la atención a los niños, y estos ante la pasividad de sus respectivos padres, ignoraron a la mujer, hasta que finalmente dañaron al animal.
Y es que como muchos de vosotr@s la montaña hay que respetarla, no solo al medio, sino a todo su conjunto, fauna y flora. Y ver en ciertas ocasiones como la sociedad muestra tan poco respeto por estas cosas, dice mucho, la verdad. Tenemos que procurar enseñar y hacer respetar estos valores, pues es la única forma que tendremos de seguir preservando todo aquello que tenemos, esto no es mas que una pequeña observación que quería compartir con tod@s vosotr@s.
Un saludo y espero veros por las paredes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario